$1.030,00
Ahorra $-1.030
Agotado
Autor: Alexander Theroux
Caluroso, terroso, el naranja es el tono de los fuegos del alba, de Van Gogh, de los cangrejos, del salmón ahumado, de Belle, la ramera de la película Lo que el viento se llevó.
El púrpura significa majestad y soberanía para los aztecas; en el país nipón, apunta riqueza; es el tono de nuestro corazón, de las máculas de vino tinto sobre una lona blanca.
El verde es la mecha de la naturaleza, el color que visten muchos personajes de las obras de Dickens, de la Escultura de la Libertad y de los uniformes militares.
Alexander Theroux sigue explorando mediante la pintura, la música, la religión, el cine, el alimento, el deporte, las incontables facetas de cada color secundario. Su rasgo estilístico por antonomasia consiste en no anteponer a todo exactamente el mismo recurso, sino más bien instilar, en la delicadez de un giro gramatical o bien sintáctico, grados extremos de peculiaridad y diferencia. Tal y como si se tratase de un juego acústico, hay algo de Thoreau en Theroux. En la elección de fulgores, en el individualismo flagrante, en la afición de libertad.
Naranja, púrpura, verde. Este deslumbrante camino por los colores jamás carece de encanto poético, y resulta necesario en el suministro del detalle narrativo; el recuerdo personal, la anécdota espontánea se unen al dato universal y la experiencia adquiere una enorme intensidad: el resultado es siempre y en toda circunstancia agradable, una celebración para los sentidos.