Ha Sido Un Gusto

Cantidad

Autor: Camila Guillot

Los desprolijos del paisaje saben que el viaje es cara adentro. Mas asimismo saben que en banda la experiencia se engrandece, se expande, reluce, y hasta los ilusiona con que las fugas planeadas, por fin, resulten posibles. Las pupilas dilatadas le hacen de espéculo a Carla, la voz primera, con vista de caleidoscopio; seguida de cerca por Felipe, Renata, Lara, el Gordito y el Dani, ese que viene a dar el aviso que ninguno está presto a percibir. Por el hecho de que adentro, bien adentro, en lo profundo, la música está siempre y en toda circunstancia al palo, el trascurso se desvaría y la espiral los sostiene lúcidos, juntos, rotos, hasta eyectarlos a un nuevo estadio de lo que, entre tanta vira, sería pecado llamar consciencia. Una toxicidad montevideana corre mareante por los sistemas inquietos y espirituales de estas atomizadas y también irónicas comadrejas que avanzan, consumen, cogen, bailan, juegan, detestan, transan, hasta el ineludible descenso que lleva consigo el peligro de que algo falle. En esta historia ruge el motor de una montaña rusa uruguaya que chilla que ha sido un gusto en clave de amenaza. Un gusto, sí, de tiritos, chelas, fasitos y pasas de uva con corazón psicotrópico. Pues de esta manera, y solo de este modo, se puede flashear con que este tema de caminar vivos duela menos. Macarena Moraña