PROYECTO PUNTUACIÓN
Se pueden hacer varios análisis a partir de los textos de los autores más famosos de la literatura latinoamericana. Ya sean estudios sobre su contenido, sus temáticas, sus formas, los elementos literarios que toman o descartan, y así podríamos seguir. Pero muy pocas veces reparamos en los signos de puntuación que terminan de hilvanar las palabras que forman las historias con las que nos deleitamos.
Por eso, desde BroLi nos propusimos echarle un vistazo a la puntuación empleada por distintos autores de América Latina, para esbozar conclusiones sobre su forma de escribir a través de qué signos de puntuación aparecen de forma más recurrente en sus historias. Trabajamos con fragmentos de sus obras más famosas, y nos pusimos como meta contar cuántos puntos, comas, guiones, y demás signos de puntuación aparecen en estos textos que se han vuelto íconos literarios.
Horacio Quiroga
Cuando decimos las palabras amor, locura, y muerte, quizás el concepto o la imagen que nos viene más rápido a la mente, es la de un notorio frenesí. Esto no solo se plasma con la huella acústica de las palabras o el concepto que estas despiertan en nosotras, siguiendo los postulados Saussurianos, sino que también es observable en la puntuación que Quiroga elige para narrar su tan famosa obra.
En “Cuentos de Amor, Locura, y Muerte” hay puntos y comas, pero destacan los signos de exclamación y de pregunta. Como si la desesperación del hombre que pisó algo blanduzco no se tradujera solo con palabras, sino con los ganchos que terminan de dar forma a la pregunta. Y es que el hombre quiere saber si va a vivir o no. Lo mismo con María, la esposa de Kassim, obsesionada con un solitario, que exclama, ya sea por amor, por locura, o por muerte (los tres estadios de su corta vida de seis páginas).
No en vano Quiroga emplea los signos de exclamación y pregunta para transmitirnos a nosotros el frenesí en el que viven, aman, enloquecen, y mueren sus personajes.
Juan Rulfo
Como en toda obra musical, la literatura también tiene un ritmo que es otorgado por los signos de puntuación. Y analizado junto a la trama (o el contenido), la puntuación (que consideraremos la forma), también nos aporta una lectura interesante de la historia. Es en la unión de contenido y forma que el análisis de la obra se entiende mejor, porque ambos por separado solo la desglosan y despedazan.
Las comas y en menor cantidad, los puntos y seguidos, transmiten esa idea de continuidad, de un ritmo continuo en la obra “Es que somos muy pobres”, del mexicano Juan Rulfo, que no hace más que mostrarnos la continuidad de la pobreza, lo repetitivo y rutinario de una vida donde a veces parece que un futuro más próspero nunca va a llegar. Apenas un par guiones donde alguien dice algo interrumpen ese cauce continuo que acompaña el título y la trama de la obra.

Julio Cortázar
La puntuación que utiliza Cortázar, vista al desnudo, parece ser algo rítmico, secuencial. La seguidilla de punto-coma-punto y coma se repite, aunque con alguna alteración en el medio, por la mayor parte de su gran obra “Continuidad de los parques”.
No exclama, no pregunta, pero si añade y acota, como buen escritor que hace de las comas sus mejores amigas. También hace pausas, pero las retoma enseguida, porque sus puntos son y seguidos; incluso a veces sus pausas son más cortas, valiéndose del todavía incomprendido recurso del punto y coma.
En sintonía con el nombre de su cuento, sea esta buscada o no, Cortázar es amigo de la continuidad en lo que a la puntuación se refiere, y le huye a la pausa y a la ruptura. Algo similar hace con “Casa Tomada”: a Cortázar le gusta añadir cosas, ya sea empleando las comas y hasta los paréntesis. Apenas un par de signos de pregunta irrumpen en el flujo continuo de la narración que se ha vuelto la favorita de varias generaciones en América y en el mundo.

Roberto Arlt
En su famosa obra “Los 7 Locos” abundan los monólogos, y quizás sea por eso que en el esqueleto de este texto abunden los signos de pregunta. Es que cuando hablamos de forma introspectiva, siempre nos auto cuestionamos cosas, porque es así como surgen las respuestas, o como detectamos los errores, o como reparamos en un tiempo pasado y nos proyectamos hacia el futuro.
También hay signos de exclamación: la idea más difundida de la locura, asocia al loco con el grito, con el bullicio, con el ruido de las masas que vienen y van, y que tan presente están en esta historia. Pero también aparecen los signos de pesos, porque el dinero es un elemento clave en esta obra, y las sociedades saben que el $ resume en solo dos trazos un significado universal, temible, deseado, y disfrutado alrededor del globo.
Mario Vargas Llosa
¿Qué es lo que inquieta a los alumnos del Colegio Militar de Lima? Esa es la primera interrogante que nos surge al mirar el esqueleto de “La Ciudad y los Perros” de Vargas Llosa. Los signos de pregunta abundan en este texto, y lo hacen ya sea en diálogos (por la gran presencia de guiones), en pensamientos (por las comillas que aparecen), o libres en un texto que marcó el inicio de una próspera carrera para el célebre escritor peruano. Los puntos y comas también aparecen y lo hacen en una importante cantidad, pero son los signos de pregunta que nos llaman aún más la atención, y, por supuesto, son el ingrediente clave para la trama de la obra. Es decir, además del contenido, son las preguntas las que terminan de moldear la historia, y nos transmiten el sentir y el estado de los personajes.

Comentarios (2)
El empleo de los signos de puntuación marca el estilo de los escritores. Resulta muy interesante comparar aquellos escritores que utilizan mucho las comas para yuxtaponer oraciones como aquellos que en su lugar usan el conector “y” para transmitir distintas sensaciones en sus relatos.
Interesante y productivo el análisis realizado.
Excelente análisis, nunca se me ocurrió reflexionar sobre los ritmos de una obra desde ese punto de vista :D A releer se ha dicho, con una fresca perspectiva .) ¡Muchas gracias!